Llevo varios días esperando, tarda demasiado. Me empiezan a entrar dudas. No sé cuando la voy a ver de nuevo porque venga, o si tendré que ir a buscarla. Hace tiempo perdí una buena ocasión de llevármela definitivamente. Cuando el coche volcó, yo la acaricié con ternura y fuerza, mucha fuerza, hasta producir asfixia y cansancio en su cuerpo. La respiración se hacía cada vez más débil, era la angustia final, abría los ojos asustada. Creí que había conseguido mi propósito, que ya era mía y hubiera sido así, si alguien presente en el accidente no hubiera llamado por teléfono y la ambulancia acudiera tan rápida. ¡Qué contrariedad! Las circunstancias me fueron adversas, hicieron que se escapara de mis brazos.
Desde que salió del hospital espero verla y conseguir mejores resultados.
Como soy precavida, tengo preparada para cuando el momento llegue, mi inseparable y bien afilada guadaña.
Juego con ventaja, ya lo he leído antes, pero aún me ha sorprendido, es señal de estar bien construido el drama. ¡Felicidades, Fernanda!
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