Como la estatua del ángel al caer el sol así quiero que me saques. ¡Estupendo! Esas instantáneas vamos ahora mismo a conseguirlas en el acantilado porque la tarde se está acabando. Son maravillosas.
- Mira para tu derecha, ahora a tu izquierda, un paso atrás mirando hacia arriba...
Según iba cayendo por el precipicio se dio cuenta de las intenciones ocultas de él y un grito desgarrador salió de su garganta, aun sabiendo que no serviría de nada.
El acompañante una vez resuelto su trabajo, con gran frialdad, sacó la bayeta, limpió la lente de la cámara y se marchó.
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